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20 de Diciembre de 2021
Este año tuvimos la oportunidad de realizar un excelente cierre de actividades para el área de mujeres, a través de nuestro desayuno del 18 de diciembre, al cual acudieron 221 mujeres. Dios nos bendijo con una impactante palabra a través de nuestra hermana Perla Maza, quien nos compartió su testimonio, aprendizaje y desafío, resultado de lo que Dios le mostró en un año difícil, como ha sido este 2021.
"ROTAS PARA RESTAURAR", es el título de la ministración y encierra los dos grandes aspectos, sobre los cuales fuimos ministradas. Para comenzar, Perla de manera muy emotiva, contó cómo es es que en ese tiempo vivió muy de cerca la experiencia de ver sufrir a personas a quienes ama, y como al verlos enfrentar ese dolor, el desanimo y la esperanza, se produjo en ella la impotencia de no poder resolver su situación, aun cuando en ocasiones tuvo grandes deseos de vivir por ellas ese dolor, evitándoselos; pero, teniendo que reconocer que eso no es posible. Pues es algo que solo Dios puede hacer.
¿Alguna vez te has sentido rota? ¿No por una situación trivial, sino por un verdadero y profundo dolor en tu corazón? Seguramente que si, pues todas hemos pasado por momentos muy dolorosos y esto, no debe hacernos sentir mal, ya que solamente significa que somos: humanas, vulnerables y normales. Nadie está excento de vivir momentos dolorosos y difíciles.
Si te has sentido así, es necesario que conozcas el corazón de Dios para ti y su plan para ayudarte y llevarte, no sólo a transcender la circunstancia, sino a encontrar un propósito en medio del dolor y el sufrimiento.
Lo primero que Dios quiere, hacer si te has sentido rota o muerta es: ¡Infundir aliento de vida en ti! (Ez 37:12-14). Si te has sentido rechazada: ¡El te restaurará y sanará! (Je 30:17)
Esa situación por la que has atravesado, no es el final, por el contrario, es el inicio de algo nuevo. Dios quiere trabajar con ello, con tu vida a través de ella (Is 43:18-19). La adversidad es un desafío, un reto, una oportunidad para crecer y aportar a los demás. Dios quiere desarrollar en ti un carácter de guerrera, de mujer de fe y valiente, alguien con el carácter de Cristo. Esto es lo que le glorifica a Él.
Lo segundo que Dios quiere hacer: es usarte para consolar y sanar a otros (2ª Co 1:4). La decepción no es un lugar donde nos quedamos, sino un lugar que atravesamos. Las decepciones, frustraciones y heridas, son herramientas para servir a otras personas. El propósito para tu restauración va mas allá de ti.
Es necesario volver los ojos a los demás y darnos cuenta de cuánto dolor nos rodea, y ser sensibles a esas personas y ser compasivas y misericordiosas con ellas. El dolor de otros te debe llevar a una divina insatisfacción y hacer algo al respecto, porque esto es lo que está en el corazón de Dios. ¡Ese dolor por el que has pasado se puede convertir en un llamado especial para ti, a fin de que puedas ayudar a otros!
¡No fuimos llamadas a ser espectadoras del dolor de otros! Necesitamos entender que no estamos aquí para ser felices nosotras, sino para trabajar en los intereses de Dios, en aquello que a Él le duele. ¡Es necesario llevar la esperanza a donde se necesita!
¡La iglesia de Dios necesita tomar su lugar y ayudar a los demás, y para ello tenemos al Espíritu de Dios (Lu 4:18)!
Al final de la ministración tuvimos dos llamados: uno a reconocer, quien estaba: desanimada, herida, deprimida, vulnerable sin esperanza...ROTA! y el segundo fue: a ser sensibles al dolor de ottros y hacer un compromiso con Dios, para ser usadas por Él....¡RESTAURAR!
El Espíritu del Señor se movió de manera sobre natural e impactó y conmovió el corazón de todas las mujeres que estabamos ahí. Puestas todas en pie, por estar ROTA o por el compromiso a RESTAURAR, recibimos la porción que cada una necesitaba. El Señor obró y derramó de su amor y consuelo en cada corazón, trayendo una Palabra de esperanza y dirección en medio de tiempos difíciles, mostrando su misericordia y fidelidad como lo ha hecho siempre. Damos gracias a Dios por este maravilloso momento y confíamos en el fruto que su Palabra dará en cada una.
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